Alejandro Cantero
GLOBALIZACIÓN Y ESTRUCTURA EMPRESARIAL.
La empresa tiene que cambiar sus estrategias. Los entornos en los que nos movemos son cada vez más difusos e inconstantes. En los últimos diez años, nos hemos ido dando cuenta que las empresas son entes vivas, compuestas por personas, por lo que poco a poco hemos ido observando que las organizaciones son dinámicas, están en continua evolución.
Estos cambios se han producido porque los mercados, los clientes, en definitiva la sociedad, han cambiado. Y la empresa no puede aferrarse a unas estructuras empresariales tradicionales.
Para conseguir adaptarnos a esta nueva realidad, tendremos que saber cuáles son los cambios que pueden afectarnos directamente desde el punto de vista empresarial y cuáles los retos y oportunidades que se nos presentan.
¿A qué hechos hemos asistido en los últimos años?
NUEVO DIMENSIONAMIENTO DE LOS MERCADOS:
En Europa hemos asistido a la ampliación de la Unión Europea, en la actualidad formada por 15 países, y con una clara vocación de integración. Buena prueba de ello es el camino emprendido hacia la Unión Monetaria y de ampliación hacia los países del Este.
Mientras esto sucede, el nuevo mundo firma el Tratado del Libre Comercio de América del Norte entre Canadá, Estados Unidos y Méjico, creando un mercado compuesto por 375 millones de personas. En el sur, se crea Mercosur, firmado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile y Bolivia.
Y en la otra parte del mundo, los países del continente Asiático comienzan su movimiento, desde 1989, con la creación de Asia-Pacific Economic Cooperation (APEC), compuesta en la actualidad por 18 países.
Todo este movimiento de mercados a nivel supranacional está fomentando la competencia entre países, encontrándonos entre la microsegmentación y la globalización de los mercados, puesto que se forman microsegmentos en entornos cada vez más amplios.
Estos cambios incrementan la incertidumbre ante el futuro: pérdida de empleo, selección de la demanda, internacionalización de los mercados, nuevas tendencias de consumo, nuevas oportunidades de negocio,... por lo que el reto de las empresas se centrará en sintonizar la oferta con las oportunidades que el mercado presenta.
Esta incertidumbre se ve aumentada con la saturación que nos encontramos en los mercados tradicionales.
También existen con grandes aliados: las nuevas tecnologías.
En los países occidentales se está considerando, como algo positivo, la globalización como la apertura a la libre circulación de capitales, culturas, personas, desarrollos científicos, sin más reestructuración que la propia capacidad, aunque esto también nos deja inmersos en una cierta perplejidad.